jueves, 4 de febrero de 2010

ÉRASE UNA VEZ...


Estoy segurísimo de que todos podemos recordar por lo menos tres series de dibujos animados cuyo título comienza con "Érase una vez...". Evidentemente, la primera fue Érase una vez el hombre, programa educativo donde los haya, en el que nos divertíamos (es verdad) mientras aprendíamos algo de historia, así como quien no quiere la cosa (también es verdad). Aparecía en una esquina una especie de marcador con ojos que señalaba la fecha en que sucedían los hechos.


A mí me gustaba especialmente la secuela de aquella serie, una de las más inusuales posibles y la única cuyo valor no era específicamente educativo: Érase una vez el espacio, una bastante interesante space-opera perteneciente al género de ciencia-ficción y aventuras en general, cuyo propósito didáctico (algo secundario, creo) era el de promover el pensamiento científico y valores como la amistad y la resolución pacífica de conflictos. Estaba realmente bien, con buenos guiones, muy buenos diseños de naves, vestuarios y edificios -realmente aluciantes- y un tono juvenil, que no infantil. Probablemente fue la menos conocida de estas series creadas por la productora francesa Procidis (con Albert Barillé al frente) en coproducción con varias cadenas mundiales, entre ellas TVE, y con música del ganador de un Oscar Michel Legrand. Las cabeceras españolas a cargo de Parchís nada tenían que ver con las originales, que iban desde la Tocata y Fuga en Re Menor de J. S. Bach a temas pop franceses.

Érase una vez el espacio contenía, en un tono adecuado para la chavalería, prácticamente todas las tramas y escenarios posibles que ha dado la literatura de ciencia-ficción, desde los robots positrónicos regidos por leyes, de Asimov, hasta una serie de civilizaciones bizarras cercanas a los mundos psicotrópicos de Star Trek y a la ingenuidad de John Carter de Marte y Flash Gordon. Había lugar hasta para parodiar a Mazinger Z y desarrollar una línea argumental que roza la epopeya: la confrontación entre la Confederación Omega, en Andrómeda (los buenos) y Casiopea (los malos) en todos y cada uno de los rincones del universo.


Los personajes estaban parcialmente recuperados de Érase una vez el hombre, si bien aquí cada uno adquirió una personalidad más definida de cara a mantener una continuidad entre los episodios:

-Pedrito: el chaval protagonista y guapete, valiente y honrado, arquetipo del héroe.

-Kyra: la chica de piel oscura, telépata, tan valiente y guapetona como Pedrito, arquetipo de heroína. No estaba en Érase una vez el hombre.

Pedrito, Copito y Kyra. Sí, muchos de los nombres eran distintos en el original.

Obvia influencia.

-El gordo: fiel compañero de Pedrito y Kyra, personifica la figura clásica del amigo-ayudante del héroe, el Sancho Panza, el Obelix, etc.

-El Maestro: aquel viejo de la barba larga, diplomático y paciente, encarnación de todos los sabios habidos y por haber, desde el mago Merlín hasta el maestro Yoda.

El Maestro. Aquí parece estar esperando a la peluquera.

-Copito: una especie de versión robótica del Maestro, es el equivalente de R2 y C3PO en el universo de Érase una vez... Echa una mano a los protas en sus aventuras.

-Tiñoso: arquetipo del dictador, del malvado sediento de poder. Es el líder supremo de los fachas de Casiopea.

-El canijo: encarnación de todos los chivatos y traidores conocidos, de conspiradores y enchufistas, de susurradores y funestos consejeros. Es el ayudante del Tiñoso.

En los pensamientos de Kyra: el Tiñoso y el Canijo.

En esta dirección hay más información interesante: http://www.stardustcf.com/articulos.asp?arti=62


Después llegaría la bastante más insípida aunque interesante Érase una vez la vida, de nuevo educativa, que reciclaba muchos de los diseños de Érase una vez el espacio, todo en miniatura dentro de un cuerpo humano al estilo de la película El chip prodigioso o Viaje alucinante, novela del antes mencionado Isaac Asimov. Con los años, y habiéndose vendido ya para entonces un quintal de packs de las series por parte de Planeta Agostini (nunca editaron Érase una vez el espacio los puñeteros), llegarían otras tantas continuaciones: Érase una vez los inventores, Érase una vez la música, Érase una vez los descubridores y alguna otra. No es que estuvieran mal, ya que su peso como herramienta didáctica es loable, pero sin embargo, siempre me quedaré con Érase una vez el espacio, prodigio de imaginación y creatividad, serie digna de una época en la que los niños no eran tratados como consumidores de productos fabricados en serie, ni embaucados como a tontos.

Albert Barillé.

Albert Barillé falleció el 11 de febrero de 2009, habiendo dejado tras de sí una magnífica lista de producciones para los niños y los jóvenes. Descanse en paz, y orgullosos pueden estar sus descendientes.

5 comentarios:

José Miguel dijo...

Te has dejado los capítulos de MIM (mI ADORABLE MUÑECO) en el programa Los sabios, de TVE, que era mitad concurso, mitad érase una vez, con biografías de sabios ilustres.

El conde dijo...

De eso no tengo noticia... ¿salían ahí Pedrito, el Maestro y compañía?

Anónimo dijo...

Como curiosidad, la letra de "Erase una vez" era de MARISOL PERALES, la hermana del cantante de la gaviota y los veleros.

ElRinconDelTaradete dijo...

Una buena entrada. Creo que Erase una vez el espacio ha envejecido bastante malamente en cuanto a los dibujos, pero le daria una oportunidad de vision si saliese en dvd bien remasterizada.Ulises 31 ha sido editado en dvd hace años y sigue siendo muy buena serie.

Anónimo dijo...

Tanto El Hombre como El Espacio eran maravillosas. La Vida resultó algo más pobre en cuanto a animación, pero creó nuevos personajes realmente atractivos. Las demás fueran a peor. Por cierto, el personaje del robot en el doblaje castellano se le llamó "Metro," "Copito" era en Sudamérica. Saludos.